Siempre que se disponga a escribir un párrafo, una carta, una composición sobre un tema determinado, etc., se verá envuelto con un proceso, a veces lento y difícil, que abarcará desde el momento en que ha concebido el tema hasta en que dé por terminado su redacción.
Habrá, pues, de pensar, planificar, tomar decisiones, escribir un borrador, cambian o corregir lo escrito…. hasta llegar a la versión definitiva o “en limpio”.
Una buena composición deberá tener las siguientes características:
1. Dominio del tema. Quién escribe deberá conocer a fondo la materia sobre la cual trata, y sus posibles relaciones con otras materias. La seguridad de una composición depende exclusivamente del dominio del tema por parte de quien escribe. El dominio del tema implica conocimiento de otro tema límites, lo cual asegura la posibilidad de relación.
2. Concreción del tema. Depende del dominio del mismo. Evítese abordar el tema presentando rodeos, éste debe concretarse lo antes posible. Concretar quiere decir tratar un tema con exclusión de otros. Concretar una idea es reducir a su aspecto más importante.
3. Organización. La organización de un tema consiste en presentar la exposición de idea en un orden lógico. Para logar una buena organización debe seguirse finalmente y no tratar ideas que no corresponde a lo enunciado por éste.
Existen consejos o directrices sobre lo que hay que hacer. Para empezar, conviene evitar las desigualdades exageradas de longitud entre unos párrafos y otros, principalmente cuando ello supone también una desigualdad en la densidad y número de ideas contenida en cada uno. No conviene tampoco reiterar la misma idea en varios párrafos, a menos que se repita de adrede porque así lo exige la finalidad del texto. Deben evitarse asimismo los párrafos confusos en lo que la idea se <<amontonan>> sin jerarquía alguna, a la buena de Dios. No hay que olvidar que los párrafos viene hacer una pauta para el lector que pretende comprender el texto: cuando mejor dividió y presentado, mejor transmitido quedará el mensaje.
Lea el texto en voz alta a medida que su oído encuentra ritmos torpes, repeticiones, frases complejas y extrañas, eslabones perdidos y cosas por el estilo que sus ojos pierden.
Recuerde que, aunque la revisión ortográfica es muy útil, no puede confiarse en esto solamente. Una palabra escrita correctamente no siempre puede ser la palabra correcta.
Muchas personas encuentran que hacen un mejor trabajo de edición en la copia impresa en lugar de en una pantalla de computadora.
Las referencias requieren un cuidado especial. Guarde una copia impresa de su lista de referencias y, mientras lee el texto, asegúrese de que cada referencia que aparece en el texto también se introduce en la lista de referencias. Es sorprendente cuántas referencias faltan en la bibliografía de las tesis, o se registran detalles inconsistentes o erróneos.
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