Es importante que durante el proceso de redacción se vaya leyendo el texto que se está produciendo para agregar, tachar, intercambiar vocablo, anular repeticiones hasta llegar a un modelo bastante parecido a lo que estábamos queriendo producir. Después de varios borradores se llega entonces a contar con un original que en general sugerimos sea pasado en limpio con copias para todos los participantes (fotocopias) y de este modo pasar a la tercera etapa de la producción de texto consistente en la revisión.
Para escribir será necesario leer mucho, y también consultar otras fuentes que no son propiamente impresas. El estudio de estas fuentes es un recurso fundamental para enriquecer el caudal de conocimiento de toda persona y es una de los medios más importante para obtener la información que se necesita comunicar mediante un texto escrito. Si esto respalda la redacción de textos cortos, personales y funcionales, como un resumen, una carta, un ensayo, mucho más si se trata de comprender un informe.
Por eso es necesario prever la función y registrarla en una lista que hará parte del plan. Esta lista podrá contener, a manera de una bibliografía:
- Texto impreso: libro, folletos, artículos de revista, artículo de periódico, tesis monografías, trabajo de grado, documentación privados y público, etcétera.
- Textos electrónicos: libro y artículos de revista web.
- Obras audiovisuales: videos, películas, programa de TV.
Redactar es la actividad más concreta con la cual culmina la composición de un texto. Se entiende como el acto de traducir ideas a lengua escrito, según la reglas léxicas y gramaticales, de manera que el texto se haga legible para el lector. Acertadamente afirma Fernández (1975): “Redactar, que etimológicamente significa poner en orden, consiste en expresar por escrito los pensamiento previamente ordenados. Su propósito es cambiar palabra, frases, oraciones, cláusulas, párrafos y textos, para expresar las ideas ya elaboradas, de manera que se produzca un todo correcto, grato y armonioso, capaz de ser debidamente comprendido”.
La redacción está íntimamente ligada a la composición. La redacción de un escrito deberá presentarse en un estilo adecuado, es decir, el que corresponde al tipo de trabajo. Un buen estilo, claridad, composición y sencillez.
Sobre la redacción no existen normas fijas, pero será necesario hacer algunas consideraciones al respecto:
· Para redactar con claridad y precisión es necesario conocer las reglas gramaticales del idioma en el cual se escribe, evitando errores de sintaxis y ortografía. Un buen escritor no amplifica, es decir, no alarga innecesariamente las frases, coloca cada verbo o adverbio en su lugar, evitando el exceso de adjetivo y transmisiones de tipo vulgar. La redacción de un trabajo se va perfeccionando hasta lograr así el escritor definitivo.
· Debe escribirse con la mayor sencillez y precisión, evitando palabra innecesarias. Como también el uso de voces o giros no aceptados por la Academia del idioma en el que se escribe. Deben usar palabras cortas, de una, dos o tres silabas. Evítense palabra de más silabas ya que puede interrumpir la lectura.
· Busque continuidad en el tema.
· Evite párrafo demasiado largo, como también demasiado breve. Estos deben estar acordes a las necesidades del escritor.
· No debe usar todo tipo de abreviatura, salvo las aceptadas, siempre y cuando convenga. El uso de abreviatura exige tabla de abreviatura.
En la práctica, componer y redactar son dos habilidades que se fusiona en el acto de escribir. De hecho se aplican integradamente cuando se escribe un texto.
Un requisito importante para aprender a escribir es la lectura, tarea ineludible de todo escritor.
Escribir es un oficio intelectual gráficamente para el cual solo se requiere voluntad y constancia para aplicar a leer, reflexionar y practicar. Hay personas que afirman que escribir se aprende leyendo, y es una gran verdad. O dicho de otra manera, no se aprende a escribir ni no a lee. Pero no es suficiente. Como se trata de un proceso mental, es necesaria la reflexión y el estudio, y por ser un oficio hay que acceder a la práctica constante. A escribir se aprende escribiendo, como a nadar se aprende nadando.
La experiencia ha demostrado que el aprender a escribir no es exclusivo de personas con dote especiales. Cualquiera que haya pasado por el aprendizaje básico y escritura, por tanto, tenga base sobre el manejo de la lengua escrita, podrá llegar a producir con éxito algún tipo de texto, si encamina sus pasos hacia el estudio asiduo y el ejercitación constante.
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