El párrafo es una estructura de varias oraciones que van unidas para transmitir un mensaje. Está formado por una idea central o asunto fundamental. Las oraciones que amplían el asunto se denominan oraciones de apoyo. Se considera como la más extensa unidad de información que puede recibir la mente de un lector sin un cambio de dirección.
Revisar textos consiste principalmente en identificar logros y problemas textuales, de modo que se destaquen los primeros y se busque resolver los segundos (los problemas), mediante la correspondiente reformulación o reescritura para que queden más precisos, más entendibles, claros y precisos, más acordes con las intensiones comunicativas, más organizados, coherentes y cohesionados, más adecuados al perfil de los destinatarios, a su conocimiento de los contenidos y de los registros lingüísticos que dominan, asó como correctas léxica, gramatical y ortográficamente.
Se trata, por tanto, de un saber hacer, de una actividad de vuelta sobre el texto, que interviene en todas las tareas y en todas las fases de la escritura. Esta visón de trabajo, hace que la función de revisión y de reescritura sean funciones de mejora; y por tanto, es una tarea pedagógica esencial, que maximiza la calidad del documento, especialmento cuando es expositivo o académico. La revisión de redacción consiste en una triple tarea: detectar, identificar y modificar la unidad de lengua o fragmento considerado mejorable por el escritor; de manera que éste vuelve a trabajar su pensamiento para clarificarlo y buscar la formulación correspondiente para reescribirla en el texto.
Concebir la escritura como proceso, además de como producto final, supune reconocer que se revisa no sólo al final del texto, sino también cuando se planifica y se redacta; es decir, antes de empezar a escribir, durante la redacción y en el tránsito del borrador al texto definitivo.
Podría afirmarse que la relectura (recorrer el texto hacia atrás para seguir leyendo) o de parte del Gramatólogo y Tutor, garantiza una comprensión del texto más cabal, a reescritura y la revisión propician la escritura de un texto de mayor calidad. Tal complejidad reside en el tránsito que se sigue desde el borrador al texto definitivo, durante el cual los escritos se interrumpen para realizar tareas sobre errores tipográficos, modificaciones de puntuación, reformulación de frases, reestructuración de texto, añadidura o supresión de información, etc. Estas acciones implican que los escritores deban leer permanentemente sus textos para evaluarlos y mejorarlos, lo que lleva consigo tareas como la detección, el diagnóstico y la corrección de los errores o aspectos mejorables.
Todo texto de redacción se divide en párrafos, en cada una de ellas se expresa una idea principal, en torno del cual, bien organizadas, se disponen las ideas secundarias. Se supone que antes de ponernos a escribir, en el proceso de disposición, se habrá determinado, de una manera aproximada, el esquema del escrito y, determinando anticipadamente cuáles van a ser los párrafos.
Sin embargo, la distribución de un párrafo puede variar a medida que se escribe: es frecuente que sobre la marcha vayan surgiendo ideas que se encadenan y que cobran vida en el momento mismo de escribir. Más tarde, una vez finalizada el texto, se podrá: pulir, suprimir, unir o dividir un párrafo, para lo cual se precisa de una lectura atenta. En cualquier caso, la pregunta que interesa es: ¿cómo se construye un párrafo?
Dos cuestiones importante para el texto en su integridad:
La coherencia es la unidad de significado, la razón de ser del párrafo: debe existir una unidad de propósito entre la idea principal y las ideas secundarias que la explican, apoyan, describen o justifican. Una vez tengamos clara la idea que queremos desarrollar en el párrafo, todo lo que escribamos deber estar relacionado con ello dentro de los límites establecidos en nuestro razonamiento.
En el párrafo, pues, la idea inicial de una frase deberá depender de alguna manera de la idea final de la anterior o de la principal de ese párrafo. De no existir cohesión, el párrafo queda inconexo y, por consiguiente, confuso. En lugar de ser un párrafo será un amontonamiento de palabras. En resumen, en la construcción de un párrafo interviene una idea clave o principal y un conjunto de ideas secundarias articuladas de tal manera que la idea clave dé unidad y sentido al conjunto de las frases.
El uso de la raya(-) para encerrar elementos explicativos, los corchetes dentro de citas textuales, la tilde en la mayúscula, la preposición a en el complemento directo que se refiere a personas determinadas, la concordancia entre el verbo y el sujeto o entre el adjetivo y el sustantivo, son solos algunos ejemplo de corrección lingüística.
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